Ocaso de un amanecer


En un instante fuimos nombre, amor.


Banda sonora

Ahí donde la música quiero perder la cordura.

Sé que tus melodías son un buen lugar para las locuras.

Entre piel y piel bailarán los sonidos del anochecer y la luna.

Nos compondremos beso a beso afinando los cuerpos.

Tararearé tus manos mientras suben de tono las caricias que nos dedicamos.

Nómbrame en tu voz sin ninguna duda, que cuando cese la música,
aún seré para ti, toda tuya,
sin partituras.


Miau

La noche en su esplendor.

Atrévete a mirarla de frente.

El silencio es melodía de paz.

La ciudad compañera de la soledad.

Los tejados son hogar.

Las farolas, la luz del final.

Como buen gato,

me lamo las heridas,

a oscuras

y de luna en luna.


El incendio de Roma

Todas mis miradas llevan a tus ojos.

Todos mis deseos llevan a tus manos.

Todos mis silencios llevan a tus labios.

Todas mis caricias llevan a tu piel.

Todos mis gemidos llevan a tu nombre.


Realízame

El sueño que nunca despertamos camina por el parque de la mano.


Fueron felices ¿?

¿Qué ocurre después del cuento? La perdiz es cazada, cocinada y engullida. Los príncipes se casan y con el tiempo se cansan el uno de la otra, la otra del uno. El castillo, era de arena. La bruja mala decide dejar de regalar manzanas envenenadas, ahora las vende en la feria caramelizadas. Las hadas, van a todos los bautizos, pero ya nadie las reclama como madrinas para sus hijos. La rana, por fin es besada, pero a día de hoy sigue cazando moscas en la charca. Y así, la realidad llega a la magia, la inocencia se pierde y el felices para siempre ¡es un cuento!


Astros

Se siente libre el sol para amanecer.

Se siente libre la luna para dormir.

Yo, esclava durante el día.

Yo, prisionera de la noche.


«Cuasi-Soneto» a una mirada perdida.

Tortuoso el paisaje que te ve.

Bosques rugiendo tormentas, sal y mar.

Montañas plantadas en terrenos sin fe.

Canta un río a cielos sin despertar.

 

Eres pisadas que no saben mirar.

Las flores tiemblan al sentir tus pasos.

Eres caricias que no saben bailar.

Las flores se espinan al sentir tus manos.

 

Y entre tanto sol y encanto no miras.

Belleza asustada con tu presencia.

No enmarcas paisajes en tus pupilas.

 

Párpados que son opacas cortinas.

Ventanas que se cierran a la esencia.

Eres oda a las miradas perdidas.

 


03

Cada cual hace de su camino una piedra,

algunos pisamos los charcos.